Nota de lectura : Markos ZAFIROPOULOS, Le symptôme et l’esprit du temps – Maria OTERO ROSSI

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Nota de lectura : Markos ZAFIROPOULOS, Le symptôme et l’esprit du temps – Maria OTERO ROSSI

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Markos ZAFIROPOULOS, Le symptôme et l’esprit du temps. Sophie la menteuse, la mélancolie de Pascal… et autres contes freudiens, Paris, Puf, 2015



Markos Zafiropoulos nos propone en este segundo envío un trabajo sobre la especificidad de los trastornos de la modernidad a partir de una clínica que busca confirmar la permanencia de las estructuras clínicas freudianas. El síntoma y el espíritu de nuestro tiempo : Sophie la mentirosa, la melancolía de Pascal… y otros cuentos freudianos es el resultado de una investigación que parte de la clínica del caso para llegar a la clínica de la cultura, mientras que su primer ensayo estaba dedicado a la clínica de la cultura basado en datos precisos procedentes de la sociología y de otras ciencias sociales.

 

En el primer volumen entonces, el autor refutaba con argumentos resultantes de un enfoque metodológico riguroso, la teoría llamada « evolucionista » que pretende dar cuenta de los « nuevos síntomas » que existirían en la actualidad. Para ello, dicha teoría recurre a la explicación –jamás demostrada por la antropología, la demografía o la historia- de la declinación del Nombre del Padre y por consiguiente del registro simbólico. En ese texto, el autor nos recordaba el lugar privilegiado que conserva el padre muerto en la modernidad tardía, y que se encuentra en la base tanto de las instituciones como de su funcionamiento en los ámbitos políticos, religiosos y de crímenes de masa, siempre perpetrados en nombre del Padre. Crímenes que tienen una triste actualidad.

 

Dicha corriente del psicoanálisis « evolucionista », al proponer concepciones que suponen la desaparición de las estructuras freudianas del sujeto de la modernidad vuelven obsoleta la teoría de Freud. El riesgo seria entonces de reemplazar así las categorías freudianas por categorías que vienen del discurso social.

 

Y henos aquí en el centro de esta nueva publicación, que responde a la necesidad de refutar dicho discurso. Encontramos aquí los argumentos mayores que prueban por el objeto de estudio -la clínica del caso en la actualidad – la fecundidad y la actualidad heurística de la teoría freudiana de las estructuras subjetivas : neurosis, psicosis y perversión. Estructuras retomadas y releídas por Jacques Lacan y que dan cuenta de las formaciones del inconsciente del sujeto.

 

Siguiendo la clínica del caso, Markos Zafiropoulos actualiza en el campo analítico la lectura de las manifestaciones sintomáticas – formaciones siempre estructuradas por las leyes del campo de la palabra y del lenguaje – que llevan en ellas el sello de la cultura. Espíritu de nuestro tiempo que se manifiesta en los modos de presentación de las manifestaciones sintomáticas, o lo que Lacan llamaba la « envoltura formal » del síntoma que puede siempre reconducirse a los mecanismos inconscientes formulados por Freud.

 

Este segundo volumen viene a completar el primero demostrando toda la actualidad de la teoría de Freud, contrariamente a lo que propone una cierta lectura del malestar actual. Y es por ello que el análisis del recurso a las drogas aparece en primer lugar, pues es considerado por el evolucionismo como un paradigma de los nuevos síntomas que ilustrarían la proliferación de los estados limites en nuestra sociedad.

 

Siguiendo la tradición de investigación en ciencias sociales que le es propia, Markos Zafiropoulos, con un rigor metodológico bienvenido en estos tiempos, refuta la idea de una proliferación de estados límites en la actualidad. Opera una transformación lexical que desplaza la noción de « toxicomanía » a aquella de « manía de tóxicos » que correspondería más a una organización neurótica que a una hipotética existencia de estados limites. Si del lado masculino el autor detecta una melancolizacion como reverso de la manía de tóxicos, del lado femenino, las mujeres serian más propensas a tratarla con anti depresores.

 

A partir de un claro ejemplo de deconstrucción epistemológica de las categorías procedentes del discurso social, el autor afirma: « El toxicómano no existe » e invita al lector a concebir el consumo de drogas como un síntoma, cuyo lugar en la economía libidinal del sujeto debe ser leído en el marco de la transferencia para descifrar el punto en el que el síntoma se encuentra ligado a la estructura del sujeto y a su universo simbólico.

 

Siguen a este estudio ensayos clínicos, fruto de una experiencia de más de treinta años. Así, como un bello ejemplo de diálogo científico, podemos leer el « reverso del inconsciente » de los estudios biológicos sobre el sueño. Si la biología explica las particularidades de la arquitectura del sueño en el sujeto deprimido, la óptica freudiana explica los trastornos melancólicos que producen los insomnios y las pesadillas de dichos sujetos. Diálogo científico muy fecundo que demuestra que resulta vano oponer la ciencia al psicoanálisis.

 

Luego de deconstruir la estructura específica del toxicómano (recurso a las drogas que puede encontrarse tanto en sujetos neuróticos como psicóticos, como lo recuerda el autor) y que demuestra a partir del análisis del lugar que ocupa la droga en dos casos de neurosis (incluido el análisis del recurso masivo a los psicotrópicos del lado femenino) y en un caso de psicosis, Markos Zafiropoulos nos presenta – con el caso de Sebastián – la clínica del masoquismo. Con el análisis de Sofía, y especialmente de su madre Espion, el autor nos muestra las motivaciones inconscientes – y colectivas- de un género literario muy particular: el diario íntimo.

 

En fin, el análisis de la cultura, donde encontramos las bases fetichistas de la producción de objetos, se encuentra articulado con el análisis del caso de Gael y su pasión por el alcohol y el olor a cuero. Siguiendo la lógica de la fábrica de objetos en la cultura (cuyo paradigma es la producción de fetiches), el autor analiza la diferencia entre el objeto de la fobia y aquél de la perversión. Es igualmente tratada en esta obra la cuestión del nacimiento del héroe a partir del análisis inicial de Otto Rank, análisis que dio la oportunidad a Freud de formalizar el fantasma identificado en los neuróticos, la novela familiar, como también las diferentes interpretaciones que hará de ella Jacques Lacan. El último ensayo está dedicado a la cuestión de la transferencia leída por Lacan, quien la sitúa en « la escuela del amor griego ».

 

Es con ejemplos bien precisos que Markos Zafiropoulos nos recuerda que desde un punto de vista epistemológico, el síntoma no es naturalmente ni médico, ni religioso ni psicoanalítico, sino que es según a quién está dirigido el síntoma que le da su estatus.

 

Intentando hacer valer en la particularidad del caso el juego de la estructura, Markos Zafiropoulos postula con fuerza la actualidad heurística que tienen las estructuras subjetivas que organizan el funcionamiento del sujeto definidas por Freud : la histeria, la neurosis obsesiva, la psicosis y las perversiones. Es entonces a partir de la disciplina de la estructura que el psicoanálisis puede asegurarse su lugar entre las otras ciencias sociales.